Poema Gardenia de Plata
GARDENIA DE
PLATA
La tarde
trenza el fríjol en la caña,
por las
venas del río fluye un rumor,
llanto
airoso de gardenia de plata,
de pétalos
ralos, raíces de flor.
Diosa
radiante de inmenso deseo,
gardenia
bendita bañada de sol,
suspende tu
cruel y afanoso duelo,
seca tu lágrima, murmullo de voz.
Son un orgullo
tus tardes de plaza,
jardines,
edenes de árido esplendor.
Vuelan
zanates en brisa cálida,
sedienta la
fuente profana calor.
Brota el
aroma de música sacra;
flota
impetuoso como bronce mayor
el timbre majestuoso que al cielo alza,
las plegarias piadosas a la Asunción.
La golondrina
iza un rezo fecundo,
un llanto
sereno, una voz que da luz,
en la Glorieta escondido, profundo,
oculto,
inerme en el Cerro de la Cruz.
Es fértil
tu tierra, tu cielo, tu alma,
limpia tu
llanto, tu mirada de flor,
es noble tu
gente, ilustre tu raza,
libera el
llanto de cautivo dolor.
¡Pequeña
tierra! de piedras calizas,
has
sembrado hombres y hembras de gloria y honor,
desde tus
primeros siglos de vida
hasta la
orilla del amanecer de hoy.
Constituyente de fuego en el alma
Espinosa
Bávara altivo triunfó,
defensor
justo de tesis que emanan
soberana
libertad de una nación.
Cerca a tu
vanagloriosa tierra
Juventino
Espinoza, el gran general,
revestido
hoy, con elegante piedra,
fue de la insurrección,
alfil principal.
Pero no
solo la guerra es tu herencia,
también has
sembrado noble devoción,
con huella
cristiana, el Cura Valencia,
¡roca del
Santuario, guerrero de Dios!.
Limpia el
agua de esos ojos tan claros,
las manos
del poeta son tu creación,
Alí
Chumacero en lúcidos sueños,
prisionero
infinito de tu pasión.
El amado de
la musa galante,
letras
eternas en reposo escribió,
para la
gardenia dulce y radiante,
pétalos de libro, páginas de flor.
Obra
magnífica de Héctor Gamboa
precipicio
de poetas suicidas,
incesante
escritor del ayer y ahora,
náufrago en
un turbio mar de poesías.
Grandiosa
musa de los literatos
¡Acaponeta
mía! ¡aroma de sol!
ingenioso escritor
Guillermo Llanos
tu
Naturaleza virgen, desnudó.
Surgen sagaces letrados en rimas,
Morales, Gutiérrez de Rentería,
Villalobos, Delgadillo, versistas,
inmortales amantes de la tinta.
Tus raíces
blancas sembraron la oda,
armonías
suaves del compositor
Inocente
Díaz con notas rotas,
combina la
música y el vino en un son.
Serenatas
al polvo del camino,
el viento
despeina a la orquesta con “TU”,
y “Mi
Acaponeta” de Alabastrinos,
sones
convertidos en himnos, ¡Virtud!
Sonata
nocturna eterna vigilia,
copas
rebosantes de versos de luz,
notas
astrales a Santa Cecilia,
música de
pianos vertidos de tul.
Largos
bemoles teñidos de zafrán,
pianos
lánguidos, teclas ocre y marfil,
desde los
Alduenda y Agapita Jordan
hasta los
Quintero, líricos sin fin.
Y tocando
la oda la voz de un tenor,
oriunda
durante la eucaristía,
Jesús Casas
Arce, de potente voz,
cuerdas
vocales que crean sinfonías.
Recorre tus
manos, tu vientre fértil,
por júbilo
cambia el llanto que ocultas,
de útero
firme, como perfil fuerte
¡Consuelo
Sáizar, viene de tu cuna!
Posees una
grandiosa casa y un teatro,
palacios
celestes de gran cultura,
sobrias
memorias del maestro Braulio
un
sembrador del arte que hoy perdura.
En
acuarelas de manta adormecen
los pinceles misteriosos del Cora,
plasman
pasión de ideales que mecen
los
apóstoles que el cincel perfora.
Con alas
plásticas plasma Contreras,
genuinas
texturas de óleo vertido;
y frescos
de Tito plasman rapsodias,
caballetes
de colores fundidos.
Tierra que
guarda historias de penachos
plumas
negras, suspiros de la sierra,
extraño dialecto dulce de labios,
piel
mestiza, tepehuanes, emblemas.
Olor a
tierra mojada, muy antigua;
del banquetón del mercado Corona
crónicas fieles,
de Chávez Gradilla
narra retratos
que vivos se asoman.
La vieja
estación dormida en los rieles
guardando
nostalgia en sus despedidas,
golondrinas
de humo, voces de ayeres,
vagones de
polvo, tardes dormidas.
Exhaustos
jardines, orbes praderas,
flores
bellas: Perla Díaz Tejeda,
y Tania
Vázquez brillan en la Atenas
con fino gentil perfume de seda.
Sonríe
Señora, limpia tu rostro,
ve tu
abundante cosecha, es prodigia,
deja a
cualquiera admirado y en absorto,
¡brinda
homenaje perfecto a la vida!
Limpia tu
llanto, gardenia de plata
lágrimas
fértiles, honrada Diosa,
colma de
flores las grietas del río
y su cauce
lleve el dolor que agobias.
No llores
más, las raíces del suelo
beben el
manjar que tu tierra apresa,
maná
bendito que llueve del cielo,
banquete
abundante, ¡es una proeza!
Seca el
llanto de tu frente marchita,
brizna
sutil que tu pétalo hidrata,
alza tu
rostro delgado de arista
cambia el
sollozo por una sonata.
Entrégame
ninfa un vital aliento,
en mis
labios tu sangre que da vida,
beber el
jugo de maíz sagrado
de tu
esencia perene que germina.
Y en tu
abrazo de flor blanca de luna
sentir en
mis adentros tu luz grata,
y en mis
entrañas el gran goce eterno
de ese tu
aroma a Gardenias de Plata.
Madame Gardenia
Comentarios
Publicar un comentario